viernes, 23 de mayo de 2008




Un día en Roma, como todos los otros días. Los chicos iban a escuchar al anciano sus mitos. Le preguntaron si había un mito sobre la rosa.
-Si –respondió el anciano-explica por qué es tan linda, pero si la agarrás te pincha.
-Contala-pidieron todos los chicos- por favor, anciano.
-Si, con una condición -dijo el anciano- si no me dicen anciano, no soy tan viejo, díganme Pedro.
-Bueno- dijeron los chicos.
-Ahí se la cuento-dijo el anciano, perdón, Pedro: Había un hombre que era muy bueno en enamorar a las chicas.
-Como Gonzalo- dijo una chica- es re lindo.
-Eso no importa ¿puedo seguir?-preguntó Pedro-entonces el hombre llamado Enrique enamoraba a todas la chicas, pero miren lo que hacía: la primera vez enamoró a la novía de su enemigo.
-¿Qué, su amigo?-preguntó una chica.
-No, su enemigo-respondió Pedro. Bueno, retomo: cuando la enamoró, ella se peleó con su novio y fue con Enrique. Cuando fue con él, Enrique estaba con otra muchacha. Después de 10 años haciendo lo mismo, Cupido se enojó. Y le dijo que si no cambiaba su comportamiento, lo iba a transformar en una planta.
-¿Qué planta?-preguntó un chico.
-¡Después lo sabrás!-respondió Pedro-ahora sigo. Como es obvio, no cambió y Cupido se le apareció de nuevo, le dijo que lo iba a transformar en una rosa porque por afuera sos lindo pero si te agarran lastimás. Entonces Enrique fue una rosa por siempre.

Escritores: Ezequiel Canay y Bruno Mora Monzón

1 comentario:

Unknown dijo...

hey... esta muy bueno, REbuen, SUPERbueno...;)